miércoles, 25 de septiembre de 2013

El juego de la "L"

El Juego de la L es probablemente el juego de estrategia abstracta (interesante) más minimalista que conozco. Tiene una mecánica original y un objetivo curioso por no hablar de las fichas que se usan en él y le dan nombre. En definitiva, se podría decir que Edward de Bono se lo ocurrió bastante.
El bueno de Edward buscaba un juego que cumpliese las siguientes condiciones:
  1. Un número mínimo de piezas, preferiblemente una por jugador.
  2. Un tablero lo más pequeño posible.
  3. Las mínimas normas posibles para que fuese fácil de jugar y aprender.
  4. Que tenga suficiente profundidad.
  5. Que no tenga una estrategia ganadora, es decir, que dos jugadores perfectos puedan jugarlo indefinidamente.
Y así nació el juego de la L:
  •  Se trata de un juego sencillo para dos jugadores en el que cada jugador dispone de una pieza en forma de L de tamaño 3×2. Se juega por turnos sobre un tablero de 4×4 que además dispone de dos fichas neutrales de tamaño 1×1. La posición inicial es la que aparece en el diagrama.
  • El objetivo del juego es inmovilizar la L del contrario de manera que no pueda mover.
  • La mecánica es sencilla: En cada turno, un jugador debe mover su L, es decir, retirarla del tablero y volver a situarla en él sin superponerla a ninguna otra ficha y sin salirse del mismo. Para que cuente como movimiento, la L debe ocupar al menos una casilla que no ocupase antes (dejando, por lo tanto, una de las casillas que ocupaba antes libre). Una vez movida la L de su color puede, opcionalmente, mover una de las casillas neutrales a otra posición libre del tablero.

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